Sonidos de los sapos y bichitos por la lluvia... sonidos como el cascabel de mi cuello me recordaron algo que no estaba segura hace tiempo. Caminaba viendo al suelo, acostumbrada a no ver nada bueno.
Hoy fue diferente, camine oyendo el muro de césped que siempre ha estado callado. Callado hasta el momento exacto en el que alguien pasa por ahí, una sola persona... o dos o tres... y hoy explotó en una sinfonía de bichos.
Caminé viendo un montón de catzos y escarabajos suicidas equilibrándose de cabeza... ejércitos de catzos... Algunos luchando por no estar patas arriba y otros con ganas de atacarme, me seguían o algo así.
Algunos pedazos del mundo tienen tanto que decir… Pero se quedan tan callados que cuando hablan es imposible no quedarse con ganas de seguir escuchando.
Y al otro lado… un metro máximo, pasaban todos los carros de la saturada vía occidental. Luces. Ruido. Ruido... más ruido... autos... ruido... gente obstinada con llegar rápido a su casa a seguir gastando oxigeno.
Por un momento hermoso el ruido maldito de los carros apurados, como un rebaño motorizado a ninguna parte, dejo de importar. Y caminé unas dos cuadras feliz, sonriendo, feliz totalmente, en paz... todo tan bien, como esa noche que vi un reflejo de sol en el charco de una calle de quito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
que bueno blup
Hola Tamia,
Hasta aquí he venido a curiosear tu blog.
Estoy sorprendido.
Una mujer tan tan joven, que escribe (muy bien, por cierto), dibuja (también muy bien)...¿y qué más?
Saludos desde Cádiz
m hizo acuerdo de los primeros vuelos...
mira k tan brillante eres! :)
tamia q obra de arte, q bien chuccha no se me eleve cacha, se necesitan mas como vos
Publicar un comentario